... Me encuentro con la siguiente reflexión de Ignacio Arsuaga, líder del lobby integrista HazteOir, en respuesta a la pregunta de una mujer:
P: "Tengo tres hijos de 15,11 y 8 años. Estoy embarazada de 10 semanas y le han detectado una grave enfermedad. Me han advertido de posibles hemorragias internas. Sólo pienso en mis hijos mayores y lo que les podría pasar si yo falto. ¿Debería abortar? (Pilar)"
R: "Conozco muchos casos en los que se ha detectado una enfermedad grave en el no nacido y luego no era tal. ¿Qué es una enfermedad grave? Las hemorragias internas, ¿hacen peligrar su vida? Lo siento, pero no puedo decidir por Ud. Yo sólo le animo a estar abierta a la vida y a que no adopte una decisión que no tiene retorno."
Contestación que no puede provocar más que arcadas por el infinito cinismo, irresponsabilidad y canallería que demuestra. En primer lugar el sujeto siembra la duda sobre un diagnóstico médico sin aportar el más mínimo elemento de juicio teórico o empírico que le permita lanzar tan irresponsable afirmación. La consigna es: tu médico puede estar mintiéndote para inducirte a abortar. No confíes en la medicina sino en mí que, aunque no te he hecho ni una sóla prueba clínica ni tengo el más mínimo conocimiento de medicina, estoy autorizado por el mismísimo Dios para pontificar en bioética, pediatría, ginecología y lo que sea menester en mor de la causa antiabortista.
La segunda felonía consiste en instaurar un relativismo científico de primer orden cuestionando el criterio de gravedad del especialista que atendió a quien le pregunta. Los profetas del absolutismo dogmático y revelado frecuentemente recurren a relativizar las verdades científicas para reforzar sus creencias y supersticiones, las cuales vendrían a solventar las lagunas epistemológicas racionalistas. El mensaje es: la ciencia es humana y se equivoca, en cambio mi criterio es eterno e inmutable y no está basado en categorías falibles sino en mandamientos del mismísimo Dios. Si tu ojo te hace pecar arráncatelo, y si la ciencia te induce a abortar anula tu capacidad de raciocinio.
El tercer consejo es el más escabroso y repulsivo. El hijo de mil padres que esta tarde va a sacar a la calle a una manada de fanáticos lobotomizados para tratar de imponernos a todos sus criterios religiosos se atreve al infinito acto de cinismo de -ante el encontronazo con la cruda realidad- devolver a la mujer en apuros la responsabilidad de una decisión que previamente le había arrebatado criminalizando la opción de la interrupción del embarazo. Esta es ni más ni menos la ayuda y el compromiso prometido por los grupos anti-decisión a las madres: usted se lo guisa, pues con su pan se lo coma. Si aborta la criminalizaré; y si no aborta será la única responsable de los problemas que ello le acarree. Para entonces yo ya tendré mi conciencia convenientemente lavada y mi alma salvada.
Canallería, inmoralidad, misoginia, inhumanidad, malicia, sociopatía e impiedad en estado químicamente puro.
Actualización:
Resulta que la misma pregunta le fue
lanzada al cabecilla de una organización de familias ultracatólicas,
Benigno Blanco, y esto fue lo que respondió:
P:
"Tengo tres hijos de 12,8 y 5 años. Estoy embarazada de 10 semanas y le han detectado una grave enfermedad. Me han advertido que de seguir con el embarazo puedo tener hemorragias internas y poner mi vida en peligro. Sólo pienso en mis tres hijos mayores y lo que pasaría si yo falto ¿qué puedo hacer? (Pilar de Madrid)"
R: "Debe usted ponerse en manos de los mejores médicos posibles. Hoy día en España, gracias a Dios, no existe ninguna enfermedad incompatible con el embrazo que no pueda ser tratada, aunque obviamente puede haber situaciones complicadas. Le suguiero también que quiera a su hijo no nacido con el mismo cariño con que quiere a los tres mayores. Si actua así no se equivocará nunca aunque pueda usted pasarlo muy mal. Le deseo de todo corazón que acierte en sus decisiones y la acompañaré desde lejos desde ahora."
Como vemos una contestación muy similar, pues también deja caer la duda sobre el criterio médico a la hora de diagnósticar la gravedad y el peligro del embarazo. Prosigue con una ridícula y frívola manifestación de sentimentalismo barato, el cual naturalmente no curará la enfermedad del feto ni coagulará las hermorragias internas de la madre. Por último la felonía, una vez más, de dejar abandonada a su suerte a la mujer, a la cual dice, el desvergonzado, que "acompañará desde lejos". Esa es la responsabilidad que toman los antiabortistas con las consecuencias de su ideología. Es decir, ninguna. Usted se lo guisa usted se lo come. Pero como no haga lo que mi ideología dicta pagará por ello.
La entrevista con este deleznable e insensible individuo contiene otras perlas, por ejemplo cuando después de un cúmulo de consignas vacuas y políticamente correctas expone la única propuesta en positivo que he logrado escucharles:
"La condena penal debiera ser para quienes practican el aborto."
Es decir, traducido: Castigaremos a los médicos para que no puedan realizarse abortos con seguridad sanitaria y las mujeres pongan en riesgo sus vidas utilizando medios tradicionales, abortos clandestinos y, la que tenga posibles, tenga que viajar al extranjero como ocurría en el siglo pasado. El resultado es conocido: las que puedan seguirán abortando, y las que no -las mujeres más desfavorecidas- morirán desangradas o quedarán mal paradas tanto física como psicológicamente.
Esa es la inhumanidad antiabortista en su estado más crudo y más real.
Read more...